Así logró el éxito de migrante cubana Gillian Iglesias

Esta migrante cubana llegó a Estados Unidos en 1999 con apenas 17 años, gracias a la lotería de visas que su madre ganó, y alcanzó el éxito.

Hoy, más de dos décadas después, dirige su propio imperio inmobiliario, posee una colección de autos de lujo y vive en una casa de 1.8 millones de dólares en Miami. Pero el camino no fue fácil. Todo comenzó lavando platos en un Pizza Hut.

De los platos al primer negocio

Apenas una semana después de llegar, Gillian empezó a trabajar. «Dormíamos todos en una habitación. A los siete días comencé a trabajar en Pizza Hut lavando platos. Nunca había trabajado antes. Mi mamá lloraba. Me decía: “No te traje a este país para eso”. Pero yo sabía lo que quería lograr», recuerda.

A los 19 años ya estaba emprendiendo. Abrió un salón de uñas con una amiga, mostrando desde temprano su espíritu empresarial. Pero el verdadero éxito de esta migrante cubana vendría más adelante.

Bienes raíces: pasión y trampolín al éxito

Gillian encontró su pasión en los bienes raíces. Empezó como secretaria en 2003, aprendió todo el negocio y se convirtió en agente inmobiliaria. Durante la crisis del 2008, perdió dos propiedades, pero eso no la detuvo. Fundó Property Rentals, su primera empresa, desde el garaje de su casa.

«Mi mamá también había perdido su trabajo, y le dije: “Haz el curso de 63 horas y trabaja conmigo”», contó. En poco tiempo, cerraba entre 20 y 30 rentas al mes. Compraba propiedades en subastas por deudas de asociaciones y las alquilaba mientras esperaba el foreclosure del banco.

Estilo de vida de lujo: una expresión del esfuerzo

El éxito de esta migrante cubana se refleja también en su estilo de vida. Vive en una casa remodelada de 1.8 millones, con seis habitaciones, piscina y diseño minimalista. Su colección de autos incluye un Lamborghini Huracán amarillo, un Rolls-Royce Spectre eléctrico y un Escalade Turbo.

«Yo los uso y los disfruto, aunque no siempre me sé todos los detalles técnicos», comenta entre risas. Uno de sus momentos más duros fue el robo de un Rolls-Royce Cullinan edición especial: «Se robaron tu auto. Pensábamos que era broma. ¿Quién se va a imaginar algo así?».

Una rutina marcada por la disciplina

El éxito de Gillian no vino solo por ambición, sino por una disciplina férrea. «Yo me levanto a las 5 de la mañana. Trabajo de 5 a 7, que es mi momento más creativo», dice. También enfatiza el poder de la constancia: «La disciplina mata al talento».

En su libro Camino al millón, comparte sus estrategias para alcanzar la estabilidad financiera: desde la mentalidad adecuada hasta las acciones concretas que ayudan a transformar los sueños en realidad.

Una nueva meta: la casa de sus sueños

Actualmente, trabaja en la construcción de una nueva propiedad en Pinecrest. «Ahora estamos construyendo una casa desde cero. Les voy a mostrar los planos. Es en una propiedad de un acre», dijo entusiasmada. Será completamente de concreto y mantendrá su estilo moderno y minimalista.

Para Gillian, el hogar es su templo: «Me gusta mantener todo lo más calmado, limpio y neutral posible».

Más allá del dinero: impacto y propósito

Aunque ha alcanzado un nivel de vida envidiable, Gillian no mide su éxito solo en dólares. «El universo es un boomerang. Lo que das, recibes», afirma. Cree en servir, ayudar sin esperar nada a cambio, y generar un impacto positivo en quienes la rodean.