El joven cubano que logró su sueño de volar en el Cirque du Soleil

Desde que era apenas un niño en Santiago de Cuba, Darián Cobas sintió que su cuerpo quería despegar del suelo. Lo que comenzó como una afición temprana por la gimnasia se transformó, con el tiempo, en una carrera artística que hoy lo lleva a recorrer el mundo como parte del elenco del legendario Cirque du Soleil. 

Un talento que despegó temprano 

Nacido en 1991, Darián empezó a entrenar gimnasia a los seis años. Rápidamente, su disciplina y habilidad lo destacaron a nivel nacional, permitiéndole integrar la selección juvenil cubana. Pero mientras sus compañeros soñaban con medallas, él ya imaginaba volar entre cuerdas y luces. 

Con el paso del tiempo, se sumó al movimiento circense local, participando en eventos como el Festival Circuba. Fue en ese entorno donde descubrió su verdadera vocación: el arte aéreo. Las cintas, el trapecio, el pole… se convirtieron en extensiones naturales de su cuerpo. 

Viaje sin red 

En 2015, su destino cambió radicalmente al trasladarse a España. Primero se asentó en Valencia, donde buscó oportunidades tanto en espectáculos como en la televisión. En 2018, y sin tener claro si lograría entrar, se presentó a una audición del Cirque du Soleil en Girona. Aquel salto al vacío terminó siendo su gran salto a la fama. 

Tras pasar por un riguroso entrenamiento en la sede central de la compañía en Montreal, fue seleccionado para formar parte del espectáculo “Totem”, una de las producciones más exigentes de la compañía canadiense. Su primer show fue en La Haya, y desde entonces no ha dejado de girar. 

 

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El arte de vivir suspendido 

El día a día de Darián dentro del Cirque no es fácil: largas horas de ensayo, preparación física, maquillaje, coreografía y varias funciones cada jornada. A eso se suma la responsabilidad de mantener la forma, cuidar la salud y seguir aprendiendo. Pero a él nada de eso lo detiene. “Todo esfuerzo vale la pena cuando estás colgado del aire y ves al público conteniendo el aliento”, asegura. 

Más allá del artista 

Fuera del escenario, Darián vive con su pareja, a quien llama con cariño “su princesa”. Ambos comparten la vida en el camino, el hogar que han formado y la gratitud por lo conseguido lejos de la isla que lo vio nacer. 

Hoy, este joven santiaguero no solo ha cumplido un sueño: ha demostrado que el talento cubano puede conquistar cualquier altura cuando se acompaña de esfuerzo, visión y coraje. Desde las calles de su infancia hasta los escenarios más grandes del mundo, Darián Cobas vuela, y lo hace sin olvidar de dónde viene.